¿Es posible vivir en el presente sin sanar el pasado?
¿Estamos preparados para vivir el presente sin sanar el pasado? ¿Lo que fui es todo lo que puedo ser?
Para empezar a ser nosotros mismos debemos empezar a olvidar lo que otros (familia, entorno) nos dijeron que éramos.
Como instructora de Mindfulness, sé los beneficios que tiene el entrenar tu atención en el aquí y ahora, se la cantidad de basura mental que se elimina llevando una práctica constante. Y no tengo duda de lo saludable que es tener un enfoque sereno y claro tanto para relacionarnos con nosotros mismos como con los demás, además de lo que cambia la forma en la que nos enfrentamos con nuestros problemas.
¿Pero y que pasa si se tienen conflictos internos del pasado (infancia, adolescencia), como carencias, bloqueos, miedos, resistencias y hacemos como si nada enfocándonos sólo en vivir el ahora?
En mi opinión, todo lo que acumulas en tu subconsciente en forma de traumas o conflictos no deja nunca de querer salir y proyectarse. A mí me ha pasado de estar disfrutando de una meditación en la que he sentido una gran paz interior y a las dos horas reaccionar de manera rabiosa ante una situación que me generó enfado. Si en ese momento yo no me hubiese parado a analizar mi emoción y mi proyección es muy probable que no hubiera detectado de dónde venía esa rabia y porque necesitaba salir.
Tan fácil como llevar la atención en ese mismo momento a tu cuerpo, sentir la emoción y no hacer nada más. Solo observar los efectos de esa emoción, respirar profundo, y darte todo el cariño sabiendo que esa reacción no es nada malo, quizá es tu niña interior herida necesitando de atención y consuelo.
A mí, este ejercicio siempre me resulta, lo puedes hacer en cualquier lugar. Eso sí, tiene que ser en el momento en que pierdas la paz interna y reacciones. Porque al igual que un niño cuando llora o sufre necesita en ese momento a su madre/padre que le abracen y sostengan su pena, y no hacerlo a la semana de que haya ocurrido.
Con nuestro niño interior (que no es más que una parte de nosotros) es lo mismo, cada vez que nos mostramos furiosos y enfadados, es cuando sale esa parte profunda herida y con mucha falta de amor, donde almacenamos todas esas vivencias que no han sido sanadas y permanecen intactas esperando a que un día nos demos cuenta y paremos para trabajarnos.
Es ahí cuando podemos fluir en el aquí y el ahora. Cuando destapamos a nuestro inconsciente de una manera sabia, con consciencia, empezamos a darnos cuenta de que la mayor parte de nuestros recuerdos están distorsionados en el aquí y ahora, y solo nosotros con ayuda si queremos de un terapeuta podemos neutralizar los efectos inconscientes de esas emociones que tanto nos desequilibran y desorientan en este camino de vida.
No es lo que pienses de ti mismo, ni lo que los demás piensen de ti, es lo que creas en tu vida a partir de lo que empiezas a ser, pensar y sentir en el proceso de un sabio y profundo trabajo personal. Ahí es cuando ocurren los milagros y aparece la magia, precisamente cuando la mente racional y analítica se queda sin respuestas.